Deunpunto Alotro Diario
Hay días en el que el ronroneante sonido de un motor sobre dos ruedas suena como música para nuestros oídos, la llamada de la carretera, ansia de cabalgar kilometros y sentir el libre viento en nuestro rostro. Era necesario encontrar motos para aliviar nuestra falta.
Después de una publicación en couchsurfing y de búsqueda en unas cuantas tiendas de motos, hemos encontrado dos motos de cross
con la ayuda de Mohammed, un apasionado
de las motos que quiere acompañarnos en
nuestra marcha hacia Persépolis.
Con mucha paciencia, negociación y tiempo,
finalmente partimos dirección Persépolis,
pasando a través del intenso tráfico Shiraní.
En carretera nos encontramos con montaña y
llano de una belleza salvaje, casi sin
vegetación, las montañas se turnan amarillas, marrones, ocre...¡¡Impresionante!!
La frescura matinal y un sol majestuoso en un cielo azul dejaban ver las sombras de impresionantes montañas milenarias.
La
carretera es buena, el trafico no es muy denso, hemos tenido la suerte de
acostumbrarnos a la manera tan diferente de conducir que acostumbran en estos lares, gracias a los viajes que hemos hecho antes en coches. No hay
muchas reglas, es más un tipo de sentimiento o una anarquía en la que el que más
"huevos" le echa gana.
A lo largo de la carretera nos encontramos con
vendedores de frutas y legumbres apostados en las cunetas, con el estante
montado en la caja de la pick up, y tiendas en ocasiones de objetos extaños a
la vez que inesperados como; pañuelos, escobas, rascadores...
Una pequeña pausa
antes de llegar, a pie de una montaña fácil de escalar para obtener una inmejorable vista de Persépolis y grabar buenos planos para el documental. Cerca del lugar donde hemos decidido hacer la pausa, hay un terreno
de tierra con algún que otro salto... Con motos de motocross...
¡¡perfecto para
divertirse!! Solo que después de algún que otro salto irresistible... Nos hemos
dado cuenta que las motos de alquiler que tenemos son las típicas "made in
china", en el tercer salto la moto se quedó sin batería, con el tubo de
escape suelto, sin la protección de los frenos de delante y sin frenos, lo
mejor de todo es que no nos dimos cuenta hasta que paré la moto, entonces vimos
todo lo que le faltaba y volvimos a recoger las piezas.
Después de unas
pequeñas reparaciones y de dejar
pasar una tropa de cabras, allí estábamos,
siguiendo las trazas de una vieja civilización,
a las puertas de la anciana ciudad milenaria.
pasar una tropa de cabras, allí estábamos,
siguiendo las trazas de una vieja civilización,
a las puertas de la anciana ciudad milenaria.
El
lugar está bien conservado,
pero desafortunadamente, descubrimos atónitos
que el lugar ha sido destruido en
diferentes zonas por los
diferente gobiernos, después de la revolución
vivida en Irán, el gobierno islamista intentó su
completa destrucción con buldócer, la reacción
del pueblo fue ejemplar, casi toda la ciudad de
Shiraz se afincó a sus flamantes puertas e
impidieron su destrucción.
pero desafortunadamente, descubrimos atónitos
que el lugar ha sido destruido en
diferentes zonas por los
diferente gobiernos, después de la revolución
vivida en Irán, el gobierno islamista intentó su
completa destrucción con buldócer, la reacción
del pueblo fue ejemplar, casi toda la ciudad de
Shiraz se afincó a sus flamantes puertas e
impidieron su destrucción.
Un paseo a través
de los restos de la ciudad, una paradiña gastronómica, y alguna que otra
grabación, siempre acompañados por nuestra inseparable compañera de viaje, la
risa.
El final del gran día llegaba a su fin, con él, millones de tonos y colores
que con el sol pasaron
desapercibidos entraron en escena,
era como si la anciana ciudad
tornase en vida de nuevo, el templo
místico.
El final del gran día llegaba a su fin, con él, millones de tonos y colores
que con el sol pasaron
desapercibidos entraron en escena,
era como si la anciana ciudad
tornase en vida de nuevo, el templo
místico.
Los últimos rayos iluminaban el lugar lleno
de historia, el contraste de las sombras de
las montañas chocaba con un cielo en llamas, delante, les precedían las columnas y pórticos todavía en pie, nos sentimos realmente afortunados.
La noche,
imprecisa, deberíamos haberla
pasado en nuestra tienda de campaña,
pero gracias a nuestro querido embajador
Souroush, empezamos
la noche en un viejo hotel desinfectado,
reservado a gente de gobierno. Esto solo
nos dura una pequeña hora, pues
los militares que lo regentan no quieren
que haya turistas en el edificio.
Entonces, poco a poco, nos
vamos en dirección a un hotel
internacional que no se encontraba lejos,
ligeramente más caro, pero
equipado al 100%.
pasado en nuestra tienda de campaña,
pero gracias a nuestro querido embajador
Souroush, empezamos
la noche en un viejo hotel desinfectado,
reservado a gente de gobierno. Esto solo
nos dura una pequeña hora, pues
los militares que lo regentan no quieren
que haya turistas en el edificio.
Entonces, poco a poco, nos
vamos en dirección a un hotel
internacional que no se encontraba lejos,
ligeramente más caro, pero
equipado al 100%.
El cielo se ha
mantenido bueno todo el día,
a excepción de la noche, justo el momento de
coger las motos y partir hacia Shiraz, sin frenos,
sin batería y con una fina lluvia que caía sobre
nosotros, nos ponemos en ruta.
a excepción de la noche, justo el momento de
coger las motos y partir hacia Shiraz, sin frenos,
sin batería y con una fina lluvia que caía sobre
nosotros, nos ponemos en ruta.
Llegamos a Shiraz,
lo primero que hacemos es buscar un taller y negociar el precio de la
reparación, llegamos a un acuerdo en el precio, que se convertiría en el doble
al día siguiente una vez ya reparada la moto. ¡¡No es fácil el tema de las
motos en Irán!!
Aprovechamos
nuestros últimos días en Shiraz para pasear por esta artística urbe,
descubrimos la tumba del poeta Hafez, trabajamos, hacemos la selección de
fotos, de videos y empezamos el montaje.
Es la hora de
partir al descubrimiento de una nueva ciudad. Partimos en bus de noche hacia
Isfahan, allí nos esperan amigos muy interesantes; músicos, amantes de la
naturaleza y gente que tiene la necesidad de dar a conocer sus ricas tierras y
su cultura. El desierto y la música tradicional nos esperan.
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