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domingo, 28 de diciembre de 2014

capitulo 2 - español


     

                   Deunpunto Alotro Diario











 
Hay días en el que el ronroneante sonido de un motor sobre dos ruedas suena como música para nuestros oídos, la llamada de la carretera, ansia de cabalgar kilometros y sentir el libre viento en nuestro rostro. Era necesario encontrar motos para aliviar nuestra falta. 
 Después de una publicación en couchsurfing y de búsqueda en unas cuantas tiendas de motos, hemos encontrado dos motos de cross 
con la ayuda de Mohammed, un apasionado 
de las motos que quiere acompañarnos en 
nuestra marcha hacia Persépolis. 

Con mucha paciencia, negociación y tiempo, 
finalmente partimos dirección Persépolis, 
pasando a través del intenso tráfico Shiraní. 
En carretera nos encontramos con montaña y 
llano de una belleza salvaje, casi sin  
vegetación, las montañas se turnan amarillas, marrones, ocre...¡¡Impresionante!! 

La frescura matinal y un sol majestuoso en un cielo azul dejaban ver las sombras de impresionantes montañas milenarias.

 
La carretera es buena, el trafico no es muy denso, hemos tenido la suerte de acostumbrarnos a la manera tan diferente de conducir que acostumbran en estos lares, gracias a los viajes que hemos hecho antes en coches. No hay muchas reglas, es más un tipo de sentimiento o una anarquía en la que el que más "huevos" le echa gana.

A lo largo de la carretera nos encontramos con vendedores de frutas y legumbres apostados en las cunetas, con el estante montado en la caja de la pick up, y tiendas en ocasiones de objetos extaños a la vez que inesperados como; pañuelos, escobas, rascadores...


Una pequeña pausa antes de llegar, a pie de una montaña fácil de escalar para obtener una inmejorable vista de Persépolis y grabar buenos  planos para el documental. Cerca del lugar donde hemos decidido hacer la pausa, hay un terreno de tierra con algún que otro salto... Con motos de motocross...
¡¡perfecto para divertirse!! Solo que después de algún que otro salto irresistible... Nos hemos dado cuenta que las motos de alquiler que tenemos son las típicas "made in china", en el tercer salto la moto se quedó sin batería, con el tubo de escape suelto, sin la protección de los frenos de delante y sin frenos, lo mejor de todo es que no nos dimos cuenta hasta que paré la moto, entonces vimos todo lo que le faltaba y volvimos a recoger las piezas.
Después de unas pequeñas reparaciones y de dejar 
pasar una tropa de cabras, allí estábamos, 
siguiendo las trazas de una vieja civilización, 
a las puertas de la anciana ciudad milenaria.
El lugar está bien conservado, 
pero desafortunadamente, descubrimos atónitos 
que el lugar ha sido destruido en 
diferentes zonas por los
diferente gobiernos, después de la revolución 
vivida en Irán, el gobierno islamista intentó su 
completa destrucción con buldócer, la reacción 
del pueblo fue ejemplar, casi toda la ciudad de 
Shiraz se afincó a sus flamantes puertas e 
impidieron su destrucción.

Un paseo a través de los restos de la ciudad, una paradiña gastronómica, y alguna que otra grabación, siempre acompañados por nuestra inseparable compañera de viaje, la risa. 



  El final del gran día llegaba a su fin, con él, millones de tonos y colores 
                                                         que con el sol pasaron 
desapercibidos entraron en escena, 
era como si la anciana ciudad 
tornase en vida de nuevo, el templo 
místico.

Los últimos rayos iluminaban el lugar lleno 
de historia, el contraste de las sombras de 
las montañas chocaba con un cielo en llamas, delante, les precedían las columnas y pórticos todavía en pie, nos sentimos realmente afortunados.
La noche, imprecisa, deberíamos haberla 
pasado en nuestra tienda de campaña, 
pero gracias a nuestro querido embajador 
Souroush, empezamos 
la noche en un viejo hotel desinfectado, 
reservado a gente de gobierno. Esto solo 
nos dura una pequeña hora, pues 
los militares que lo regentan no quieren 
que haya turistas en el edificio. 
Entonces, poco a poco, nos 
vamos en dirección a un hotel 
internacional que no se encontraba lejos, 
ligeramente más caro, pero 
equipado al 100%.
El cielo se ha mantenido bueno todo el día, 
a excepción de la noche, justo el momento de 
coger las motos y partir hacia Shiraz, sin frenos, 
sin batería y con una fina lluvia que caía sobre 
nosotros, nos ponemos en ruta.
Llegamos a Shiraz, lo primero que hacemos es buscar un taller y negociar el precio de la reparación, llegamos a un acuerdo en el precio, que se convertiría en el doble al día siguiente una vez ya reparada la moto. ¡¡No es fácil el tema de las motos en Irán!!
Aprovechamos nuestros últimos días en Shiraz para pasear por esta artística urbe, descubrimos la tumba del poeta Hafez, trabajamos, hacemos la selección de fotos, de videos y empezamos el montaje.

Es la hora de partir al descubrimiento de una nueva ciudad. Partimos en bus de noche hacia Isfahan, allí nos esperan amigos muy interesantes; músicos, amantes de la naturaleza y gente que tiene la necesidad de dar a conocer sus ricas tierras y su cultura. El desierto y la música tradicional nos esperan.



                                                                            







En el próximo episodio la vieja capital persa...



 

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