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viernes, 17 de abril de 2015

capítulo 6 - español




   

            Diario 6


   Muy rápidamente recuperamos el ritmo bandari y ahora pensamos más claramente después de este pasaje místico en la mítica isla de Ormuz, hemos decidido comprar dos motocicletas iraníes, 125cc, para atravesar Irán y salir del país. Cuanto antes mejor porque Manue debe dejarnos en cinco días.

   La situación es tensa, pero no imposible. Al día siguiente hemos tenido que hacer una transferencia bancaria a un amigo para obtener dinero iraní in situ (la tarjeta de crédito o debito  no se puede utilizar en el país), luego vamos a la calle donde se encuentran los vendedores de segundo mano. Acompañados por nuestro querido amigo Aziz, actuando como si las motos fuesen para él, para saber el precio real y no el de los turistas, nos aventuramos en la multitud. Los turistas son raros en estos lugares, y no pasamos desapercibidos! Aquí estamos atrapados por grupos de hombres jóvenes en el borde de la carretera, alrededor de cientos de motocicletas en todos los estados. Varias discusiones y una prueba de la moto, y acto seguido aquí estamos decididos a seguir a un hombre para ver otras motos en su garaje.

   Las discusiones continúan, la cosa sigue entre los vendedores y Aziz, que nos hicieron una hermosa demostración de sus habilidades de negociación. Varias horas más tarde, las negociaciones están terminadas, ya somos compradores de dos motocicletas iraníes tradicionales! Como bonito gesto adicional, las reparaciones necesarias para la preparación de un largo camino nos lo harán ellos gratis. Tenemos una cita a la mañana siguiente para reparar las motocicletas y tal vez salir con  ellas.

   Ahora lo tenemos, es una realidad, el primer producto (y el mas necesario) de nuestra aventura, los cálculos de tiempo llegaron. Hay 1,200 kilómetros para llegar a Teherán y motocicletas no pueden ir más de 80 kmh, por lo que es un poco más de 400 kilómetros por día, que se puede hacer en tres días.
La conclusión es triste, pero la realidad es que al día siguiente, las motos no están preparadas y no podemos ir juntos a cabalgar los caminos del desierto del reino persa.

   Dos días después, a luchar, incluso con el exportador indio, decidimos enviar las Royal Enfield a Estambul. Es la hora de que Manue tome su billete de tren para ir de nuevo a Teherán de vuelta a Francia, y Guiller y Thomas, el tiempo para salir a la carretera una vez que la transferencia ha sido aceptada y pagadas las motocicletas.
Es en la estación de Bandar Abbas a finales de enero, después de tres meses de compartir todos los días, nos despedimos, el corazón lleno de emociones de todos estos momentos que hemos pasado juntos. Esta es una nueva aventura para todos nosotros: Deunpunto Alotro continúa, el tren comienza...

    La mañana de nuestra partida el sol brillaba en todo su esplendor. Pusimos todos los bultos por primera vez en las motos y no pudimos evitar esa sonrisa de mezcla de emoción, excitación y porque no, digamos que de cierto temor de lo que nos esperaría de aquí en adelante.
Desde el principio toda la gente nos había (como siempre) tratado de meter el miedo en el cuerpo con cosas como; la policía os va a hacer la vida imposible, la gente al Norte de Irán no son tan buenos como la gente del Sur, el Norte del país es de los lugares más fríos del planeta ¿Y que queréis que os diga?...


   Ahora voy a contaros lo que paso:
Salimos con nuestras nuevas Honda CG125 a eso de las 12pm, nuestro primer temor nos lo encontraríamos a 20 km de Bandar Abbas con el primer control policial de carretera. Habíamos leído en un blog que a un chico le requisaron la moto allí, nos encontrábamos en una situación en la que no nos podíamos permitir que la policía nos requisase las motos, pues en cuatro días teníamos que llegar Jahz (a unos 900km) para renovar nuestro visado.
   El puesto se presentaba delante de nosotros, solo se veían a dos militares, reducimos las marchas, llegamos a la línea de parado, el militar nos indica que no nos detengamos y una explosión de placer se apodera de nosotros, si!!!!! Por fin la aventura sobre dos ruedas da comienzo!

   En Irán las carreteras son magnificas, por lo general son de dos carriles para cada sentido y el firme es muy bueno. Los paisajes que nos vamos atravesando nos recuerdan a nuestra querida isla de Hormuz, son montañas sin vegetación de colores ocres y rojos intensos. La temperatura es ideal y el viento corre con nosotros.
   Disfrutamos muchísimo de una conducción de paseo con los ojos abierto en todo momento para que no se nos escape nada. Nos hemos detenido a repostar 2 veces, aprovechando la última para comprar cena y nuestras imprescindibles pipas que nos acompañaran en nuestras charlas infinitas de cada noche.

   El sol empieza a dar paso a la luna, tenemos que encontrar un buen sitio donde plantar la tienda, será después de atravesar un túnel cuando nos encontramos con nuestro primer desierto salino, una explanada que parece no tener final, se ve un lago que en vez de haber agua azul lo han recubierto de tierra dorada por el sol, Nos adentramos en este desierto con nuestras motos, con la idea firme de acampar en la cara norte de una isla que dentro de este lago se encontraba.
   La temperatura es buena y el suelo no extremadamente duro, lo teníamos todo, todo lo que podíamos necesitar.

   El sol se levanta pronto y nosotros lo hacemos con él. El primer día habíamos hecho 250km y hoy queremos hacer unos 400, no nos podemos retrasar en los tiempos pues solo quedan 3 días para llegar a Jahz.

   La vegetación sigue brillando por su ausencia, en la ruta 
atravesamos las rectas más largas que jamás vieron mis ojo, mirando hacia detrás era recto y hacia adelante una gran línea que parecía no tener fin. El buen tiempo nos acompaña aunque a medida que hacemos km hacia el Norte las noches empezaban a ser mas frías, la dificultad estaba en que en un lugar tan desértico no es fácil encontrar leña, pero teníamos la música para entrar en calor y también, todo hay que decirlo, unos buenos sacos con los que arroparnos cada noche.
   Por primera vez pasábamos los días solos, no teníamos a ningún embajador que nos enseñase sus tierras queridas, pero también por primera vez nos encontrábamos de cara a la libertad, nada nos empujaba, nada nos retenía, Irán se convirtió en nuestro terreno de juego.

   Primera incidencia con la policía:
Circulábamos por una carretera secundaria cuando un coche de policía no da el alto, Thomas no vio las señales de los agentes redujo marcha y acelero, Guille se encontraba detrás y viéndolo todo decidió que lo mejor que podía hacer era reducir la marcha también y a la altura de la policía sonreír y saludar como si esas órdenes no fueran con nosotros, sorprendentemente funciono y no nos volvimos a encontrarnos con el coche patrulla más adelante.

   Entre Isfahan y Jahz nos encontramos con nuestra primera cordillera montañosa, que placer el poder disfrutar de las curvas! Allí nos encontramos con las primeras nieves aunque el tiempo seguía siendo bueno. Las montañas son picudas siempre en colores rojos vivos y sin vegetación, las nieves le ponían ese toque mágico una vez más a nuestra querida tierra persa.

   Asi pasaron los días uno detrás del otro hasta llegar a Jahz nuestro primer destino, lugar en el que ya habíamos estado y habíamos hecho buenos amigos, el reencuentro fue bestial, si la hospitalidad persa ya es impresionante, el amor de la amistad no tiene límites. El lugar en el que nos quedamos es el Hotel Marco Polo regido por un persa que vivió gran parte de su vida en India, Hemos tenido que esperar aquí en esta bella y peculiar ciudad durante 4 días a la espera de nuestros pasaportes. Los días los pasamos tocando en el restaurante del hotel y charlando con la familia que son los trabajadores de tan bello lugar.

   Con esto hemos completado nuestros primeros 900km que se nos han pasado en un abrir y cerrar de ojos, las sensaciones son inmejorables y las motos se están portando como dos campeonas, a partir de aquí nos queda un mes de disfrute de nuestras motos y de este lugar tan fantástico que tenemos en Oriente, en un mes atravesaremos la frontera turca y entraremos en Europa.

   En el próximo capítulo atravesaremos el centro y norte del país zigzagueando por caminos completamente secundarios y encontrándonos de nuevo con gente magnifica que definen la gran cultura persa y la autentica humanidad que rebosa el pueblo Iraní.  


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